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Foto del escritorKass

¿DEBERÍA TENER UN SENTIDO DE VIDA? Temporada 3 Episodio 5 (reseña de libro El Hombre en Busca de Sentido)


¡Haz click en la imagen para encontrar el libro del cual hablamos en este blog post!






Recientemente en mi vida –durante este año, sobre todo– me he detenido a pensar sobre lo que hago y me pregunto: ¿qué soy?


¿Te preguntas si tu también tienes sentido de vida? Te invitamos a tomar ese test:




Sí, es una pregunta confusa y extrañamente planteada porque, en primer lugar, no debería ser "qué" sino "quién"; sin embargo, me he dado cuenta de que, conforme he ido creciendo, parece que el valor que tengo no está en mí –por simplemente ser yo–, sino en las cosas que hago y en lo que logro. La creencia de que mi valor está en cosas externas –que en cualquier momento pueden desaparecer– no fue algo que apareció de repente en mi vida sin ningún aviso; mi mente lo ha estado registrando desde pequeña, a partir de lo que he visto y de lo establecido por la sociedad. 


Un niñx que apenas empieza a entender su entorno no piensa en que existen estándares para ser aceptadx por los demás. En un principio, su valor propio está intacto; no obstante, cada vez que éste se involucra más en el mundo, las presiones aumentan. Ahora, el niñx piensa que debe de verse de cierta forma, hacer tales cosas y lograr ciertas otras para ser reconocido por los demás. Es aquí que, el humano, comienza a contar cierta historia construida por con base en el objetivo de satisfacer a los demás, de buscar cumplir las expectativas.


Nuestro valor no debe basarse en lo que hacemos o logramos, en las cosas externas, porque éstas son temporales; en cualquier momento pueden acabarse o dejar de funcionar como solían hacerlo y, con ello, nuestro mundo deja de funcionar. Nuestro valor, por el hecho de ser humanos, siempre está ahí, intacto e irrevocable; sin embargo, si no somos conscientes de este valor, al perder las cosas externas, nos sentiremos vacíos. Esto se escucha como un consejo fácil de decir, "reconoce tu valor y ya", pero, ¿cuántos en verdad lo están haciendo, y cuántos otros sólo lo están ignorando?


Personalmente, creo que durante bastantes años he estado depositando todo mi valor en mi desempeño académico. He mantenido la imagen de la que piensan todos como "matada" y que cree que un ocho es una mala calificación. Sí, ahora durante gran parte de mi vida he sido un número y un impecable desempeño en todas las actividades académicas. Mi cuerpo se ha enfermado por toda la presión de buscar una "perfección" e intentar decepcionar a nadie de quienes puedan esperar algo de mí. Mi estómago se ha quejado de dolor, he dormido sin descansar y mis labios no han dejado de sangrar de tanto que los he mordido para mantenerme en pie. 


Para muchos esto puede sonar como una ridiculez, pero creo que todos tenemos algo –sea trabajo, escuela o cualquier otra actividad– en lo que invertimos realmente nuestro bienestar para seguir cumpliendo con ello de la misma forma en la que hemos hecho desde siempre. El fallar se siente como si estuviéramos perdiendo nuestra vida entera. Nuestro sentido. Y no, nuestro sentido no está en si logramos ser casi "perfectos" en algo. 


Está bien querer cambiar la forma en la que haces las cosas. No está mal querer tomar un ritmo distinto al que estabas acostumbradx. Entre más creces, creo que es más difícil que alguien te diga esto, pero: eres libre de no querer cargar con todo al mismo tiempo. Date un respiro, piensa las cosas. No te sobrecargues. El querer abandonar algo que te está colocando un peso innecesario en tu espalda no te hace menos valioso; no eres un perdedor por ello. 


Con una trayectoria de estudiante ejemplar, este semestre comencé a sentir que me faltaba el aire. Tenía demasiadas cosas en la cabeza y una materia demandaba más de mí de lo que estaba segura de que quería dar. Sí, la universidad es difícil y la vida laboral no va a ser mejor, pero a veces parece que al mundo se le olvida que somos humanos. Al final del semestre, mis pensamientos se volvieron un tanto preocupantes y quería a veces simplemente no vivir más. Se escucha demasiado exagerado esto, pero así lo sentía. Mi valor estaba demasiado basado en querer hacer las cosas bien en la escuela que sentía que me estaba asfixiando. Decidí dar de baja la materia.


Tomé una decisión. Hay quien se decepcionó y trato de amonestarme de cierta manera porque no estaba siendo "yo" y me iba a atrasar académicamente. Me vieron distinto, hablaron de ello. La niña que siempre estaba al cien en la escuela había tomado un paso atrás. ¿Y yo? Sentí que podía respirar de nuevo un poco. Nadie tiene derecho a decidir quién eres y no tienes por qué tratar de llenar siempre el papel que sientes que se te ha sido asignado. Parece que tu valor se basa en lo que puedes hacer o no, así lo pueden entender miles de personas; no obstante, tu valor está ahí siempre. Yo sigo siendo la misma de hace un año, aunque haya dado de baja una materia. Decidir no dar un paso demás –que te puede lastimar– no te hace alguien débil; al contrario, eres valiente de hacer algo por ti mismx.


La sociedad está acostumbrada a clasificar a las personas de cierta forma en la que éstas desarrollan la necesidad de cumplir con lo que se espera de ellas. Nos hacemos a la idea de que valemos sólo porque podemos hacer ciertas cosas que son aprobadas por la sociedad; es decir, nos encontramos atrapados en la necesidad de satisfacer con lo que somos a todos menos a nosotros. Todos debemos tener un propósito, pero éste debe ser pensando en nosotros y no sólo en los demás.


Cuando alguien basa su propósito en lo que los demás esperan o quieren, se siente un vacío interno y es posible que nos preguntemos “¿para qué estamos hechos?”. “¿What was I made for?” es una canción que Billie Eilish escribió para la película de Barbie, pero poco después descubrió que aquella composición se asemejaba igualmente a lo que sucedía en su vida y en la de muchos otrx en el mundo: el experimentar esa inseguridad de no saber cuál es tú propósito en esta vida y sentirte perdidx.


El basar tu valor en algo externo y llevar una vida sin un verdadero propósito que realmente te pertenezca, puede resultar en un desastre. 

Nuevamente me gustaría relacionar este tema con la película de Barbie, pero de una forma más específica con su historia.

En la película Barbie en un principio parece llevar una vida feliz e ideal, sin ningún problema que le arruine “su día perfecto”; no obstante, cuando su mundo se pone de cabeza y ella empieza a cambiar, se estresa y siente tristeza porque no es la misma de antes. Barbie comienza a sentir que no es bonita y que, ahora, no es “perfecta” como debería serlo; siente que ha perdido todo su valor porque éste estaba puesto en una “belleza perfecta”. Es después que Barbie comprende que su valor no estaba en ser como antes, sino en ser ella y trata de explicarle a Ken que su valor tampoco está en que su novia le ponga atención. Ambos personajes comprenden que valen por sí mismos, pero existe ese vacío de no saber para qué estaban hechos.


Barbie, toda la película, piensa que no podía tener otro propósito más que ser la “Barbie perfecta”; sin embargo, ella toma la decisión de convertirse en humana y descubrirlo poco a poco. Esto es lo que significa ser humano: vivir y poco a poco encontrar un propósito destinado sólo para nosotros.


¿Dónde está nuestro sentido? En lo que haces por ti, para ti y porque tú lo quieres. Tu sentido no está en lo que los demás quieren o en lo que todos quieren. No es ser exitoso para la sociedad, es ser exitoso para ti. Para mí puede ser éxito dedicar mi vida entera para algo que puede ser una tontería para la escuela en la que estudio actualmente. Una vez que encuentres tu propósito, nada ni nadie te lo podrá arrebatar, según se menciona en el quinto capítulo del podcast “Soy Anne”, donde se analiza el libro “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl.



Es imposible que te pueda decir cómo encontrar tu propósito en la vida o decirte para lo que estás hechx porque ni siquiera yo lo sé aún. No te sientas tan presionado, creo que esto lo averiguarás naturalmente y con el tiempo. Sólo recuerda que el valor siempre lo tendrás sólo por estar vivo; no trates de buscarlo en otro lado exclusivamente.  


Quiero que recuerdes que vales, sin importar lo que suceda o cómo cambian las situaciones. Si quieres saber más sobre el propósito en la vida, te recomiendo que veas el capítulo del podcast que anteriormente mencioné.




Por otra parte, quiero que recuerdes que no estás solx. Hay muchas personas a las que les importas. Si te sientes perdidx, te recomiendo buscar ayuda. Yo te sugiero que agendes una cita con Anne.


Kass


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