Poco puede ser mucho.
Escuchálo aquí o directamente en SPOTIFY en Soy Anne.
En este post, querido lector, no te voy a mentir. No te mentiré diciéndote que en este punto de mi vida tengo los mejores hábitos y que tengo una rutina 100%. Porque no. Esa no es la historia de mi vida. Todavía.
La verdad es que en cuanto buenos hábitos no puedo contarte aún una anécdota de éxito. Estoy en un punto de mi vida donde todo parece ser un desorden. Te puedo contar sobre los malos hábitos que estoy tratando de suprimir y cómo, aunque parezca sencillo, ha sido un proceso lento. Así, al ser totalmente sincera, puedes saber que aún no soy la persona con una rutina perfecta, pero eso no me impide hablarte sobre cómo hasta el cambio más pequeño en tu vida puede cambiar muchas cosas.
A veces me encuentro procrastinando, ¿tu? ¡Te invito a que tomes el test para saber que tipo de procrastinador eres!
En mi opinión, una vida con buenos hábitos empieza con mejorar tus horarios de sueño.
Creo que estamos todos de acuerdo que cuando duermes mal todo tú día está de cabeza. Ahora imagínate que siempre duermes pocas horas, ¿cómo crees que se verán tus días? Pues caóticos, pero para ti eso sería normal porque es la rutina que estás aplicando en tu vida. No sé cuál sea la experiencia para las otras personas, pero cuando yo traigo pocas horas de sueño tiendo a ser más sensible, irritable y casi siempre menos eficiente a la hora de realizar actividades. Tiene sentido que no funcionemos bien si no dormimos las horas suficientes porque dormir sí es una necesidad.

Dormir no sólo es una necesidad sino que también para lograr una buena higiene del sueño es importante implementar pequeños buenos hábitos. En cuanto a pequeños hábitos me refiero a cambios no demasiado bruscos en tu rutina que pueden lograr un gran impacto en tu vida; hábitos, figurativamente hablando, del tamaño de un átomo, tal como se presentan en el libro de Atomic Habits (Hábitos Atómicos) por James Clear.
En cuanto a hábitos atómicos para lograr dormir bien, se puede considerar eliminar aquellas prácticas que puedan interrumpir un buen sueño. Un ejemplo bastante importante sería reemplazar el uso del celular por algo que no implique utilizar dispositivos electrónicos como lo puede ser la lectura de un libro en físico (o sí usar el celular para poner una pequeña meditación guiada para relajarse, pero con la condición de no tocar la aplicación de Tik Tok). La verdad yo sí personalmente prefiero leer un poco una hora antes de dormir porque no sólo no me engancho hasta la madrugada con las redes sociales, sino que también estoy implementando el buen hábito de la lectura.
Si no vemos el celular antes de dormir es muy probable que no estemos más tiempo despiertxs y tengamos más horas de sueño. Esto solo es una estrategia que personalmente me funciona y que puede ser considerada como un pequeño buen hábito. Otro hábito atómico para dormir mejor podría ser dejar todo preparado para el día siguiente; elegir la ropa que te pondrás, preparar un lunch, guardar las cosas que necesitas en tu mochila, etc. Los posibles buenos hábitos parecen ser demasiados a lo hora de pensar en dormir bien; sin embargo, no sólo existen para esto, sino que están en todos los ámbitos de tu vida.
Yo simplemente decidí hablar de higiene del sueño porque para mí es un factor que hace posible implementar otros buenos hábitos y lograr así generar pequeños cambios en tu vida que sí hacen la diferencia.
Los llamados hábitos atómicos no tienen que ser agregados a nuestra vida de golpe; éstos pueden ser aplicados poco a poco para que el cambio en la rutina no sea tan brusco.
Bien se menciona en el segundo capítulo de la tercera temporada del podcast “Soy Anne” (ATOMIC HABITS) que leer una página de un libro es suficiente para ir generando el buen hábito de la lectura.
No se trata del tiempo en el que dures haciendo la actividad sino que no dejes de hacerla diariamente; con el tiempo, cuando sea una costumbre, podrás leer hasta un capítulo entero sin problemas.
La verdad es que es bastante difícil mantener un buen hábito una vez que empiezas porque, como se menciona en el podcast, la motivación dura poco. Lo importante aquí es el propósito, la razón por la qué haces las cosas.
Yo cada día trato de implementar una rutina. Trato de poner mi a en orden de nuevo. Es difícil, pero lo quiero. Quiero estar bien y no quiero seguir mordiéndome los labios cada vez que en mi mente me invade con el “¿qué va pasar mañana?”.
Desconozco qué tanto ésto podría ser considerado un hábito, pero la última vez que estaba muy estresada y que tenía miedo de que el día no me alcanzara para realizar todas mis actividades pendientes, abrí las motas de mi celular y enumeré mis tareas para tener definido el orden en el que las iba hacer. No sé por qué, pero estructurar mi día me permitió dormir sin pensar toda la noche y mortificarme cómo empezaría el siguiente día.
Creo que eso es de lo que se trata implementar buenos hábitos. Tener al menos la seguridad de que tus días generalmente seguirán una forma. Pero, ojo, ésto no significa que debas de irritarte si las cosas no salen como lo planeabas. Si algo he aprendido este año es que la vida son puros cambios constantes y no puedes controlarlo todo.
Bien es cierto que las personas deben de respetar tus hábitos y tú los de ellos para llevar relaciones sanas con límites. Tú debes respetar el horario de dormir de todos y los demás deben de respetar el tuyo. Estás en tu derecho de decir: “A esta hora me duermo”.
Tener una rutina e implementar buenos hábitos puede ser un buen aliado para las personas que experimentan algún tipo de ansiedad. Lo digo por experiencia. A mí de verdad me ayuda saber qué es lo que voy a hacer el día de mañana porque si no tengo idea por dónde empezar, me parece aún una especie de tortura. Igual esto puede sonar dramático, pero en mi mente de repente es muy real.
Finalmente, un mensaje que me gustaría recordarte, que realmente me alivió al escucharlo de Anne en su podcast, es que tú tienes control de tu identidad. Tú decides cómo te quieres ver a ti misma con el sólo cambio de tus conductas. Si piensas que eres una mala persona (aunque en realidad los demás no te vean así) siempre puedes hacerte la pregunta: ¿qué puedo cambiar para ser mejor?
Me gustaría dejarte una frase que mencionó Anne del libro Atomic Habits, que para mí tuvo mucho sentido: "Si tocas el violín, eres un músico. Si entrenas, eres un atleta. Si escribes una página, eres un escritor". En verdad, aunque suene muy Barbie, tú eliges quién quieres ser mediante tus hábitos y conductas.
Si te gustaría saber más sobre los hábitos y el libro Atomic Habits, te recomiendo que veas el capítulo del podcast de Anne sobre el tema. Te dejo también el audiolibro aquí.
De verdad, sinceramente, si algún día no sabes por dónde empezar o piensas que no vas a mejorar, te recomiendo que busques ayuda. Yo he estado ahí, todos hemos pasado por cosas similares y no te vamos a juzgar. Te invito a que agendes cita con Anne.
Recuerda, no estás solx.
Kass.
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