Los humanos se empeñaron desde el principio de su existencia en crear distintas formas para comunicarse. Desde las pinturas rupestres hasta todas las formas de comunicación que conocemos hoy en día.
Es irónico cómo desde niños nos hacen rompernos las cabezas con las reglas de acentuación y la diferencia entre “por qué” y “porque” en la clase de Español, y aun así estoy segura de que ningunx de nosotrx tiene idea de cómo en realidad comunicarnos correctamente. Y no, ya no estoy hablando de las reglas de ortografía que la RAE quiere que aprendas. No. Creo que el mayor problema que tenemos nosotros al comunicarnos es saber qué decir, cómo decirlo y en qué momento decirlo.
Saber qué decir y cómo tomar las palabras que los demás te dicen; creo que no soy la única que piensa que este tema puede dar un poco de dolor de cabeza. Es importante comunicarnos bien, eso está claro, pero la fórmula mágica para esto, ¿quién nos la va a dar?
Bueno, te mentiría si te dijera que existe la receta perfecta para saber qué decirle a los demás y cómo recibir lo que te quieren decir. Creo que nadie ha encontrado algo completamente concreto, pero tampoco estamos en ceros. En verdad sí existen estrategias recomendadas por expertxs en salud mental y psicólogxs, pero, obviamente, como todo, necesitas estar listx para darle un giro a tu vida.
Decirte exactamente qué es lo que debes de hacer es sumamente complicado. Yo sé que ya mencioné lo difícil que es comunicarte con los demás, pero también es importante recordar que cada quien es diferente y, por consiguiente, cada quien tiene una forma particular de relacionarse con otrxs; una manera particular de resolver los problemas y reaccionar cuando existen desacuerdos.
En mi caso, cuando discuto con alguien o me enojó por algo, me alejo, no digo nada y no les hablo por un buen rato. Suena súper fácil, pero no está bien porque, aunque me alejo de los problemas, estoy con los mismos pensamientos y emociones negativas todo el día, enredándose cada vez más en mi cabeza.
Además, si no le dices a la otrx persona cómo te hizo sentir, ¿cómo van a saber qué es lo que tienen que cambiar? No son adivinos. A veces parece que lo son, pero no. Decirlo es fácil, pero yo misma pienso inconscientemente que me van a leer la mente o algo porque antes tardaba años en decirles a los demás qué es lo que me hacía sentir mal y, un día, rebasaba el límite y explotaba. Sí, explotaba y les decía a las personas las cosas como mi mente me las decía; sin procesar nada, sin calmarme y sin ser coherente. Finalmente decía lo que sentía, pero de la manera menos asertiva y probablemente terminaba siendo más hiriente de lo que esperaba, lo cual después me llevaba a sentir culpa durante un largo tiempo.
Creo que guardar lo que sentimos, las palabras que no decimos y aquello que nos molesta es similar a como cuando comemos demasiado en un día: sentimos que cada vez estamos más al borde de explotar, pero seguimos llenando nuestro estómago sin pensar tanto en lo que pueda pasar; y, al final, cuando nuestro cuerpo no puede más, vomitamos y nos sentimos enfermos. Sí, cuando nos guardamos las cosas, eventualmente se las vomitamos a los demás de la peor forma, sin ser conscientes de cómo eso les afectará y cuando nos tranquilizamos, nos damos cuenta de que no hemos hecho bien las cosas y nos sentimos culpables.
No hay que dejar nada nunca sin decir. Claro, es válido pedirle tiempo a la otra persona para calmarte o para pensar las cosas, pero eso también se lo debes de decir. Hay que prepararnos para decir lo que sentimos y de igual forma (y muy importante), tenemos que estar listos para escuchar al otrx y entender que probablemente lo que te dirán sea distinto a lo que tú crees o sientes. Es probable que cuando escuches lo que la otra persona tiene que decir te sientas un poco incomodx y es probable porque en ese momento te sientes vulnerable. Creo que esto es normal, pero recuerda que la otra persona seguramente se siente de una forma parecida.
Sí, cuando hablas con alguien para resolver un problema tienes que ser empático. Suena muy sencillo decirlo y seguir adelante con este blog. “Sé empático” y ya. No. No es tan fácil cuando te sientes muy mal y tienes la mente llena de pensamientos negativos. No sé cómo será para los demás, pero yo a veces estoy en modo “a la defensiva”. Sí, mi mente se empeña en hacerme creer que debo estar preparada para que, en cualquier momento, el otrx me ataque. No es una guerra. No es una batalla que alguien va a ganar y el otrx perder. Hay que entender que lxs dos nos estamos abriendo y estamos en un estado de vulnerabilidad. Trata de pensar cómo se siente la otra persona en el momento en el que te diga lo piensa. Es muy abstracto, pero a mi parecer es uno de los pilares para construir relaciones más sanas: la verdadera empatía.
Escuchar es una parte, pero no olvidemos la parte donde nos toca a nosotros hablar. Creo que es esperado que te lo diga, pero decir las cosas no es tan simple. Ya sé, ¡nada aquí es simple!
Hay que decir justo lo que sentimos sin omitir nada, pero también hay que saber cómo decirlo. No vas a decir las cosas tal cual las piensas porque puede que resulte ofensivo. No se trata de no decir la verdad. La honestidad es buena, pero hay que decir la verdad de una forma empática y con filtros. Hay que pensar siempre cómo le pueden afectar nuestras palabras a la otra persona y procurar no ser crueles al decir la verdad. No seas casualmente cruel bajo la justificación de ser honesto (“so casually cruel in the name of being honest” según Taylor Swift en All too well).
Algo también muy importante a la hora de decir las cosas, y que creo que pocos lo pensamos a la hora de decir qué es lo que sentimos, es que no debes de guardarte las cosas sólo porque creas que las cosas no saldrán como quieres. Bien se menciona en el tercer capítulo del podcast “Soy Anne”, donde se hace referencia al libro “The Dance of Connection” (“El baile de la conexión”) de Harriet Lerner, que no siempre vas a obtener la respuesta deseada al comunicarse asertivamente con la otra persona y poner límites. A veces los demás pueden reacción de forma negativa y eso ya está simplemente fuera de nuestro control, pero no por eso tienen que evitar hablar de tal tema con esa persona. Es importante no pensar en las consecuencias que puedan surgir después de decir lo que sientes.
Durante mi primera relación amorosa yo tenía miedo de decir lo que sentía muchas veces porque creía que a raíz de eso “cortarían” conmigo. Al final sí terminé diciendo las cosas y sí terminamos, pero eso no significa que tuviera la culpa. Está bien decir lo que sientes de una forma consciente y lo más asertivamente posible; sin embargo, jamás podremos controlar las decisiones que los demás tomen a partir de eso. Las cosas pasan siempre por algo y tal vez esa persona no era la adecuada para ti, para darte lo que necesitas. Quien se tiene que quedar se queda y quien no puede, se retira de tu vida.
La verdad no te puedo decir que tengo una gran experiencia en relaciones, sólo tengo diecinueve años, pero sé algunas cosas. Sé que mantener relaciones no es fácil. Hay que invertir tiempo, escuchar y tratar cada día de ser mejor para el otro. Ser mejor para ti. Es empezar desde el amor que te tienes a ti mismx para poder reflejarlo en los demás.
Creo que para tener buenas relaciones primero que nada debes trabajar en ti como persona. Empezar con la forma en la que te concibes a ti mismx y mejorar tu diálogo interno. Porque, claro, si quieres encontrar alguien que te quiera bien debes saber quererte a ti y tenerte aprecio al grado de saber que mereces cosas buenas.
Otra cosa que pienso yo que debemos tener siempre en consideración es el perdonar. Hay que saber cómo perdonar de corazón a las personas que no te dañaron de una forma intencional. De verdad, tener rencor hacia alguien puede ser de las cosas más desgastantes en esta vida. Perdonar no es fácil ni rápido, no lo tienes que hacer inmediatamente; tómate el tiempo que necesites, procesa las cosas, pero hazlo eventualmente. Intenta perdonar y verás cómo te sientes más livianx.
El nombre del libro “The Dance of Connection” (“El baile de la conexión”) me parece adecuado al ser utilizado para hablar de la comunicación en todo tipo de relaciones. Para comunicarte debes conectar con la otra persona y ésto puede llegar a ser como una danza: llena de emociones, complicada en veces, lenta a ratos y luego rápida. Para bailar primero que nada tienes que tener la iniciativa y saber cómo empezar; después, las cosas se darán con mayor facilidad. No lo sé, he querido relacionar el título del libro con el tema porque realmente me ha llamado la atención, pero ¿tú qué crees?
Me gustaría que pensaras cómo es “el baile de la conexión” para ti y cómo te comunicas con quienes te rodean. El capítulo tres del podcast “Soy Anne” (Т3 EP3 DANCE OF CONNECTION) ya está disponible y habla más a profundidad sobre el tema de la comunicación y cómo lo trata el libro de “The Dance of Connection” de Harriet Lerner. Te dejó el link aquí.
Por último, me gustaría que buscaras ayuda si sientes que estás en un “callejón sin salida” en una relación o si un problema con alguien te está ocupando toda tu energía mental porque no sabes qué hacer. Yo personalmente te puedo recomendar a Anne Laure Bourgois. Aquí te dejo la liga para agendar una cita.
Y recuerda: no estás solx
Т3 EP3 DANCE OF CONNECTION, lo puedes ver aqui en YouTube
Kass.
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